Descubre cómo la colombiana de 18 años se convirtió en una figura imposible de ignorar en el fútbol femenino.
Desde que era una niña de cinco años, Linda Caicedo jugaba fútbol con lo que encontrara en su casa y todo objeto se transformaba en pelota para embocar en un arco imaginario. El día de su cumpleaños, cuando sus papás la llevaron a comprarle una muñeca, ella respondió: “no, yo quiero unos guayos y un balón”. Daba a entender que el fútbol había adoptado a Linda, o viceversa, para no separarse jamás, porque de ahí en adelante el deporte ocupó sus 24 horas del día.
En un potrero de Villagorgona, en Valle del Cauca, Linda labró su camino jugando en Real Juanchito, un equipo masculino que le abrió las puertas para demostrar de qué era capaz. “Eso me influyó mucho de pequeña, salir a jugar con mis compañeros, porque desde ahí todo fue fluyendo”, confiesa Linda.
Los escalones nunca fueron demasiado altos para ella, porque los saltaba de dos en dos; a sus 10 años entró a su primer club femenino, Generaciones Palmiranas, y a los 14 años marcó su primer gol en la Liga Femenina de Colombia. Después de esquivar tres rivales y definir al segundo palo, Linda celebró su primer logro como profesional y le demostró a todo el país que una adolescente estaba por convertirse en una estrella.
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Una inolvidable Linda Caicedo con la Selección Colombia Sub-17
Después de brillar en dos equipos colombianos y convertirse en la sensación del fútbol femenino, la esperaba un reto más grande, el Mundial Sub-17 con la Selección Colombia.
La Tricolor Femenina jugó los siete partidos y llegó a la final, logrando un subcampeonato histórico. Linda Caicedo se llevó dos premios a casa: el Botín de Bronce (como tercera máxima goleadora del Mundial) y el Balón de Bronce (como tercera mejor jugadora del Mundial). Su velocidad, su técnica y su gambeta fueron evidentes en los goles contra Nueva Zelanda y Tanzania, al igual que su temple al marcar en la tanda de penales en la semifinal ante Nigeria.
Aunque la final del Mundial Sub-17 no terminó a favor de las colombianas, ese hito colectivo del subcampeonato, impulsado por Linda y sus compañeras, representó un momento cumbre del fútbol femenino en Colombia. “Estuvimos muy cerca de ser campeonas. Al final no se dio, pero marcamos la historia. Cambiamos el pensamiento de la sociedad, de simplemente alegrarse por los triunfos que daba la selección masculina. Ahora empezaron a apoyarnos, a estar más pendientes, a confiar siempre en nosotras”, lo recuerda Linda con mucho orgullo y felicidad.
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Real Madrid, el gran sueño cumplido de Linda Caicedo con 18 años
Su actuación estelar en el Mundial Sub-17 no iba a quedar desapercibida por los mejores reclutadores del mundo. Apenas cuatro meses después de acabar el campeonato internacional, Linda cumplía la mayoría de edad y recibía un contrato para jugar en el Real Madrid, el equipo más grande de Europa.
En dos días, Linda cerró su pase con los Merengues y se convirtió en la primera futbolista colombiana en llegar al equipo español. Desde ese momento, su nueva familia madridista la ha acogido como una de las grandes promesas del fútbol femenino. Como si fuera poco, al siguiente mes Linda fue reconocida como la mejor jugadora sub-20 del mundo.
Desde entonces, el fichaje de Linda con el Real Madrid ha sido todo un éxito. La colombiana de 18 años en su primera Liga jugó 678 minutos y registró cuatro asistencias y dos goles en 10 partidos. Además, no ha habido dudas de su calidad futbolística, enganchando, rematando y cambiando de ritmo como a ella le gusta, y tampoco de su calidad humana, demostrando siempre una sonrisa en la cancha y la humildad que la caracteriza.
Los nuevos horizontes de Linda Caicedo
Cuando Linda piensa de cara al futuro, se imagina con sus guayos X Crazy Fast corriendo y creciendo cada vez más: “Mi llegada al Real Madrid es eso, rodearme de las mejores futbolistas del mundo, aprender de ellas y ser más atleta. Estoy muy joven y creo que poco a poco podré seguir mejorando. El futuro es tratar de darle lo mejor a mi Selección y siempre estar en lo alto”, asegura con confianza.
Hoy recuerda con nostalgia sus primeros partidos en el barrio Las Gaviotas, o esos días en el colegio donde era el ejemplo de todos ante la rectora, entregando sus tareas a tiempo, incluso cuando tenía que viajar y ausentarse dos semanas para jugar una fecha de clubes.
Sin duda, a Linda le quedan muchos sueños por cumplir, porque la habilidad y la ambición le sobran. Con tan solo cuatro años de experiencia profesional, se ha convertido en una de las caras más vistas y buscadas de las pequeñas niñas que aspiran a convertirse algún día en nuevas leyendas del fútbol mundial.
Con el apoyo de la Selección Colombia, el Real Madrid y adidas, Linda seguirá tallando su glorioso camino para convertirse en una de las futbolistas más grandes de la historia.